lunes, 13 de junio de 2011

DOÑA ÁNGELA Y SUS PEPINOS


Doña Ángela Merkel, canciller de la República Federal Alemana y representante principal de la nueva derecha Europea, hoy completamente integrada en el llamado neoconservadurismo; le ha salido rana la ultima acción de la estrategia de desprestigio de los países meridionales del Viejo Continente en particular España, a la que considera un lastre que impide despegar a la todopoderosa economía alemana.

Primero con el pepino, consigue quebrantar uno de los pocos sectores que aún funcionan de nuestra economía, al perjudicar gravemente las exportaciones de los agricultores almerienses y por añadidura del resto de España. Unos días más tarde cuando el mal ya esta hecho, y después de haber insinuado que en España, no se respetan los controles sanitarios adecuados en nuestros cultivos, rectifica y dice que no que el pepino nada tiene que ver con el microbio en cuestión y que ahora son los germinados de soja que se producen en la propia Alemania. Tres días después los “eminentes” científicos alemanes, descubren que tampoco la soja es responsable de la epidemia, aunque siete días más tarde lo atribuyen a la soja de una determinada granja de Sajonia.

Mientras tanto, toneladas y toneladas de pepinos y otras hortalizas producidas en el sur de España, han debido ser tiradas a la basura, por la baja acogida en los mercados europeos que el rumor difundido por Doña Ángela ha procurado. Nuestra ministra de agricultura, se ha lanzado a pedir indemnizaciones para nuestros agricultores por el grave perjuicio causado, reclamaciones que Doña Ángela ha desviado hacia la comisión europea, a mí entender, en una clara y perversa elusión de sus responsabilidades.

A Doña Ángela, como perfecta representante de la derecha neoliberal, considera a la Unión Europea, más una carga que un beneficio en estos tiempos convulsos, económicamente hablando en que estamos todos inmersos; en particular por lo que se refiere a la moneda única, el Euro, que se ve obligado a soportar de un tiempo a esta parte los ataques despiadados de estos entes denominados mercados, cebándose en particular sobre las economías más débiles del viejo continente, Grecia, Irlanda, y Portugal. En el caso de España, al igual que Italia, con dificultades y sacrificios de su población, estamos consiguiendo mantenernos dentro de unos parámetros que se pueden considerar correctos, cuestión que a Doña Ángela parece no gustarle, pues seguramente le impide promover la llamada Europa de dos velocidades, eufemismo bajo el que se esconde, un neocolonialismo de la Europa rica, sobre la Europa meridional, donde se obtendría mano de obra barata, a cambio de una migajas de los grandes beneficios que se obtendrían en las metrópolis del Norte.

La idea de la Unión Europea, surgida en 1957 con el Tratado de Roma, de los Pineau, Luns, Spaak, Bech, Segni y Adenauer, Ninguno de ellos precisamente de izquierdas, si no militantes de la Democracia Cristiana, y de una clara voluntad socialdemócrata, consistía en avanzar hasta la creación de un ente supranacional que estuviera en condiciones de competir no bélicamente, con cualquier superpotencia mundial.

Hoy sin embargo, esta derecha progresista ha cambiado, abandonando por completo los valores que la hicieron posible, se abraza a un neoliberalismo imperialista, que situándose incluso por encima de la democracia, otorga el poder a un ente invisible llamado “mercado” que al fin y al cabo no es más que una reunión de los poderosos del planeta, poder al que someten todo tipo de poder político, libremente elegido o dictatorial.

En mi modesta opinión, Doña Ángela usa el pepino con la perversa intención de asestar golpes a la construcción de la Unión Europea, aunque lo único que está consiguiendo, es mostrar al mundo la incapacidad de Alemania de controlar la situación de una epidemia. Aun así, el poder de la teutona, parece fuera de toda medida, pues ha conseguido acobardar al gobierno español que no efectúa reclamación alguna para sus agricultores dejando que sean ellos mismos a nivel particular quienes lo hagan. Pero este es otro tema que les prometo trataremos en otra ocasión.

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