viernes, 11 de enero de 2013

RECONSTRUYENDO EL SOCIALISMO



En estos tiempos de crisis, vengo oyendo desde personas con inquietudes y reflexivas de la situación actual, clamores para que el socialismo en España y en Europa vuelva a sus orígenes, como la gran solución al creciente poder de la derecha, y freno a la reacción que está acabando con uno de los logros sociales más notables de los últimos 80 años, como ha sido el llamado Estado del Bienestar.
 
Si partimos de la premisa de reconocer que lo que estamos viviendo es una gran revolución social, de parecidas características a la revolución industrial de finales del siglo XVIII que comportó entre otros grandes cambios, el nacimiento del proletariado como clase social y que la actual crisis económica no es otra cosa que la constatación efectiva del fracaso de los antiguos sistemas en una nueva realidad que la evolución tecnológica y de pensamiento ha implantado, deberíamos desterrar de nuestro pensamiento, cualquier idea que nos induzca a buscar en el pasado las soluciones del futuro.
 
No quiero decir con esto que se deba renunciar a los grandes principios humanistas de libertad igualdad y solidaridad que definen el pensamiento socialista, si no que a las estrategias que hasta hoy hemos empleado para conseguirlos debemos darles un giro, para encontrar el ángulo correcto que nos ponga en la dirección adecuada a la nueva sociedad del siglo XXI.
 
Del mismo modo que el socialismo no democrático, el de la dictadura del proletariado, fracasó estrepitosamente en la  década de los 80 del pasado siglo XX. Hoy el capitalismo salvaje que Ronald Reegan y Margaret Tatcher, pusieron en marcha, en la misma década del siglo anterior, se nos muestra como totalmente incapaz de garantizar una convivencia en términos de una justicia y una dignidad social. Es pues en la socialdemocracia donde hay que buscar el camino adecuado y en los grandes valores humanistas de libertad, igualdad y fraternidad, donde basar cualquier forma de estructurar la nueva sociedad el siglo XXI.
 
Hoy vivimos en un mundo económicamente globalizado, donde los conceptos de arancel y proteccionismo, tan propios de las doctrinas nacionalistas del siglo XIX y principios del XX han perdido todo el sentido; incluso el propio concepto de nación o de estado, ya no significan lo mismo que antaño, desde el momento que su poder e incluso la libertad de acción de sus gobernantes democráticamente elegidos, es condicionada por elementos ajenos al propio sistema político.
 
A modo de ejemplo, les invito amigos a pensar sobre el sentido actual de uno de las grandes metas del socialismo en el siglo XIX, como era alcanzar el poder para ejercer el control de los medios de producción de bienes y servicios. ¿De que nos va a servir ejercer el control público de unas fábricas o comercios, cuando resulta que en realidad estos dependen de una cadena de crédito, el final de la cual se puede encontrar a miles de kilómetros de distancia y repartido en un marasmo de intereses distintos, entre los cuales a lo mejor figuran los ahorros de unos futuros pensionistas del otro lado del mundo?
 
Los izquierdistas del siglo XXI debemos ser lo suficientemente imaginativos, para olvidarnos de las cuestiones puramente locales, retomar el internacionalismo, como uno de los grandes valores, y acordar  con nuestros hermanos ideológicos todas las estrategias a llevar a cabo para recuperar el liderazgo de la sociedad en esta nueva era.
 
Yo invito a los compañeros socialistas de toda España, con conocimientos de economía y ciencias empresariales a iniciar un gran y público debate, de ámbito europeo si es possible, donde se apunten nuevas estrategias para una nueva sociedad del siglo XXI, más justa, más solidaria y más libre.

2 comentarios:

  1. Tal y como tu apuntas el problema político y el reparto de la riqueza ya no es un problema local ni siquiera nacional, en ese gran debate que estoy de acuerdo debería de existir debería de participar las organizaciones socialdemócratas.

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  2. Totalmente de acuerdo, pero.... en realidad el reparto de riqueza se está produciendo a nivel global. Asia sale de la pobreza, America latina crece como nunca, incluso África empieza a mejorar y... se empobrecen los americanos del norte y los europeos. Claro a nivel territorial, a nivel de personas las diferencias de renta cada vez son mayores. Explicar eso es cada vez más dificil y yo diría que incluso con la comunicación actual aún más. Cada uno anda en su nube. Es un gran reto! Fátima Aburto

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