domingo, 25 de febrero de 2018

LA TIERRA PARA QUIEN LA TRABAJA



Cuando el revolucionario mejicano Emiliano Zapata adoptó el lema: “La tierra es de quien la trabaja”, en la Revolución que lideraba Francisco Ignacio Madero González, en 1910 y cuyo primer general era Pancho Villa, económicamente hablando, la sociedad, no solo mejicana, sino en buena parte del mundo, era eminentemente agrícola, dominada por grandes terratenientes, que tenían sometidos a los que trabajaban sus propiedades en un régimen de semi esclavitud. La expresión hizo fortuna y fue adoptada, más tarde en la revolución rusa de 1917 y en la de connotaciones anarquistas en España de los años 30, por la circunstancia que en todas ellas el proceso industrializador se encontraba aún en sus inicios y las organizaciones de la nueva clase social, el proletariado, eran del todo incipientes, siendo el sector agrícola el preponderante.

Si hoy, cuando como entonces, se está acabando un mundo en que la industria es aún el factor dominante y  los grandes propietarios intentan amortiguar las consecuencias de su inevitable caída, oprimiendo al proletariado hasta límites nunca vistos y privándole de sus derechos sociales laboriosamente conquistados, mientras emerge el sector financiero, como nuevo poder absoluto, dominador de vidas y haciendas, llegan a surgir movimientos revolucionarios como entonces, con toda seguridad, habría que buscar un nuevo lema, que transmitiendo la misma idea de fondo, estuviera adaptada a la nueva realidad. “Las fábricas son de los que trabajan en ellas” podría ser un buen ejemplo, aunque entonces quizás cometiéramos el mismo error que nuestros antepasados cometieron, como fue pensar que en un futuro nada cambiaría, y la agricultura seguiría siendo el centro de la economía mundial y dejaron en manos de las élites la comercialización de los productos derivados del campo, otorgándoles además el poder de fijar los precios, siendo así que los poderosos terratenientes de antaño, siguieron manteniendo el poder y mantuvieron a sus antiguos laborantes, hoy pequeños propietarios sometidos a una economía de supervivencia, mientras ellos gozan de grandes beneficios.

Sentadas estas bases, si les diré que en un futuro inmediato, será del todo revolucionario, que los trabajadores se responsabilicen de la gestión y la propiedad de los medios de producción, en la fórmula que conocemos con el nombre de “Economía Social” y que esta fórmula adquiera el volumen necesario para ser mayoritaria y determinante en el conjunto de la economía de la UE, Rusia, China, India, Japón y el sudeste asiático, más adelante y si nos atrevemos a soñar un poco en los Estados Unidos de América. Pero cometeríamos un tremendo error si paráramos en este punto, el proceso revolucionario que ello implica, pues si como ya intuimos hoy, las élites se refugian en el sector financiero, y se agrupan, concentran sus compañías, si les permitimos que sigan controlando los grandes sectores de la distribución, y mantener la dependencia de ellos que nos esclavizaran aún más para tenernos dominados, y promoviendo al cabo de un tiempo la contra revolución que viene a revertir los logros trabajosamente conseguido con grandes sacrificios. ¿Qué ha sido sino la contra revolución neocon a la socialdemocrácia que impulsaron en los años 90 Ronald Reegan y Margareth Tatcher? ¿No se han dado cuenta Vds. aún que gran parte de los males que hoy estamos sufriendo, incluida la crisis económica, no son más que las consecuencias de esta reacción?

Volviendo al tema, se que en unos momentos de cambio tan fuertes como los que vive el planeta en estos tiempos, es extraordinariamente difícil, prever cómo evolucionará el sistema, sobre todo en su parte económica y social, pero estoy seguro que economistas y otros expertos si deben ser capaces de intuir al menos porque derroteros, vamos a caminar pasado mañana; es por ello pienso, que los partidos políticos de la izquierda razonable como el PSC y el PSOE y otros en los diversos países de la UE, deberían estimular a estos sabios, de ideología afín, que haberlos haylos, a que estudien y busquen soluciones dentro de los cánones de la izquierda, para que podamos hacer realidad en un futuro no muy lejano el lema zapatista, “La Tierra para quien la trabaja”, convenientemente adaptado a la nueva realidad y sin que sea posible que al cabo de un tiempo, nos sea usurpado de nuevo como nos ha sucedido 70 años después que la socialdemocracia salvara Europa, del desastre de la II Guerra Mundial.

domingo, 18 de febrero de 2018

LA IZQUIERDA VUELVE A SER LA SOLUCIÓN EN ESPAÑA


 
Siete años de gobierno del Partido Popular cuatro de ellos por mayoría absoluta, con un pésimo balance en referencia a la cuestión social:: Una desigualdad record, los servicios públicos bajo mínimos, una secesión territorial que por poco no se consuma y un día tras otro se destapan casos de corrupción con implicación directa de los altos cargos del Partido Popular, más un largo etc. de injusticias y regresiones de todo tipo, es un triste balance de gobierno para alguien que se pretenda demócrata.

Los españoles estamos desconcertados, muchos reconocen su equivocación al dar su voto al PP de Mariano Rajoy que empezamos a intuir nos conduce directamente al desastre, no solo económico, si no social con las terribles consecuencias que ello puede comportar de inestabilidad,  protestas callejeras, etc. etc.

De todo lo expuesto cabe deducir que la derecha que representa el Partido Popular ha fracasado rotundamente en sus políticas reduciendo el estado del bienestar a un sueño imposible de alcanzar por nuestros hijos y nietos, aunque intente y a veces parece que lo consigue, hacernos creer que la corrupción es algo intrínseco al gobernante y por lo tanto algo con lo que debemos convivir y en segundo lugar que no existe otro medio económico que el de la explotación del hombre por el hombre en base a una desigualdad supina.

Las cosas no son así, como muy bien se ha encargado de demostrarnos la historia en el pasado siglo XX y en particular después de las revoluciones sociales que en él se han producido y  es por ello que los asalariado y pensionistas de hoy, emulando a nuestros abuelos, debemos tomar consciencia de clase como decía en mi artículo anterior e intentar el gran cambio en nuestro país, con aquellos líderes que de verdad defiendan nuestros intereses.

De hecho algo parecido a lo que sucedió en 1982 en España, cuando la derecha procedente de un renovado franquismo, como era UCD, fracasaba rotundamente en la modernización del país, mostrándose totalmente incapaz de alcanzar las metas que la nueva España democrática requería. Fue entonces que incluso la burguesía económica se convenció de la necesidad de un cambio radical, y que era la socialdemocracia que el PSOE representaba quien debía tomar las riendas para salvar la desesperada situación, que nos abocaba irremisiblemente al desastre. Durante trece años, el PSOE modernizó el país y lo metió en el mapa como se dice; a pesar de fallos y errores cometidos, las bases fundamentales de un nuevo sistema económico fundamentado en la igualdad y la solidaridad estaban creadas.

Hoy estamos en una situación parecida a la de entonces, una crisis económica ha dejado el país hecho unos zorros, la desigualdad es bandera de una derecha que se ha vuelto más cavernícola que nunca, tanto el Partido Popular como Ciudadanos, cuyo neoliberalismo es una amenaza, si cabe aun mayor que el propio PP. Puede que sea la hora en que la ciudadanía en general incluidos los votantes de derechas, se den cuenta que es necesario de nuevo, una puesta al día, que solo puede conseguir una izquierda cabal y sensata, socialdemócrata por más añadidura, como es el PSOE. Atentos a sus propuestas y a sus acciones, analicen los diez grandes acuerdos de estado que este partido propone y luego, cuando se convoquen elecciones voten en consecuencia. España necesita de nuevo una izquierda que venga a recomponer y transformar un sistema económico hoy totalmente fuera de órbita, para situarlo de nuevo en la senda de la modernidad y la justicia social.

viernes, 9 de febrero de 2018

CONCIENCIA DE CLASE


 
Dicen los que entienden, que hoy los individuos en la sociedad occidental han perdido la conciencia de clase y en consecuencia su capacidad reivindicativa a la hora de defender sus derechos. De hecho esto ha sido el objetivo perseguido ancestralmente por el capitalismo, con el fin de desmantelar la estructura de su oponente, el socialismo.

Hoy ya nadie habla de lucha de clases ni tan solo los que aun se tildan de comunistas, salvo los más viejos del lugar, que desde una posición altamente crítica con las actuales formaciones políticas de izquierda, se siguen considerando de pura estirpe obrera y reivindicadores de la dictadura del proletariado, en particular desde octubre del pasado año cuando se celebró el centenario del inicio de la Revolución Rusa de 1917.

El capitalismo ha conseguido que los obreros se avergüencen de serlo, y no solo se reivindiquen como clase media, sino que  renuncien a sus derechos y mejoras sociales conseguidas, en pro de la aspiración a un enriquecimiento rápido que les permita pasar, de simple clase media a la clase media alta; un enriquecimiento que a la gran mayoría nunca le llega, pues su acceso es como una especie de tómbola, en la que muchos juegan pero pocos se llevan el premio gordo de verdad, aunque muchos si, la muñeca Chochona, una baratija reclamo a los clientes para seguir jugando.

Es verdad y así debemos reconocerlo, el mundo ha ido cambiando y que la ortodoxia de la revolución rusa, por ejemplo, hoy día no tiene aplicación, el propio Marx, ya preveía unos estadios en la evolución capitalista, muy distintos a los que había en su época, por lo que el mismo confesaba que su obra cumbre, El Capital, no era una obra concluida si no la base de pensamiento con la que evolucionar a tono como lo haría el capitalismo  

Hoy sin duda el capitalismo está plenamente en su fase imperialista, la primera potencia económica del mundo, está gobernada, no por un político si no por un multimillonario, que pretende dirigir los Estados Unidos de la misma forma que dirige su consorcio de empresas. En la Rusia post soviética, una oligarquía de carácter mafioso, ha encontrado en Putin un líder carismático  que les permite seguir manejando los hilos, de la que fue la segunda gran potencia mundial, en base a la desigualdad y con una cuarta parte de su población en la miseria más absoluta si derechos sociales ninguno. En los países de la UE, el nacionalismo disgregador, está adquiriendo nuevos vuelos, y en buena parte de los países miembros, o bien ya ostentan el poder, como (Hungria, Polonia, Austria) en otros las formaciones que representan esta ideología, son las segundas o terceras fuerzas en los respectivos parlamentos. (Alemania, Holanda, Francia, Belgica, Suecia, Dinamarca, Finalandia) En Gran Bretaña el anti europeísmo ha conseguido imponerse hasta el punto que están negociando su salida de la UE.

Mientras la clase asalariada, que en la mayoría de los países citados, sigue en el limbo, perdiendo derechos sociales y retrocediendo a pasos agigantados en el progreso colectivo que los últimos 70 años había conseguido, mientras que los partidos y formaciones políticas, como es el caso del PSOE en España que intentan poner de manifiesto el engaño que se está haciendo a los ciudadanos, son denostados desde la derecha y desde su izquierda, no sea que las mayorías huelan el percal y se rebelen para derrocar la contra revolución que desde los años 90 del pasado siglo el mundo civilizado está viviendo.

Es un peligro cuando los ciudadanos pierden su consciencia de clase y se creen la falacia que con su habilidad o listeza pueden convertirse en poco tiempo en élite, pues dejan de luchar por el progreso de la sociedad en conjunto, para conseguir como máximo ser los esclavos favoritos del poder real. ¿Cómo sino explicar que en España, un 30% de los votantes del PP sean jubilados a los que este partido ha recortado su pensión, les hace pagar sus medicamentos y les hunde la sanidad pública, con listas de espera larguísimas que en muchas ocasiones representan para ellos su muerte?

Los ciudadanos hemos de recuperar nuestra consciencia de clase, hemos de ser conscientes que vivir de un sueldo o de una pensión que depende de los sueldos de los que trabajan, no nos otorga privilegio alguno, sino todo lo contrario y que solo alcanzando el poder real, como colectividad, podremos estructurar un futuro estable de progreso para nosotros y las generaciones que nos siguen.

Pensad que somos muchos más que ellos, seamos conscientes que nuestra fuerza reside en permanecer unidos, y que la socialdemocracia fue capaz de levantar una Europa hundida, terminada la II Guerra Mundial. 

domingo, 4 de febrero de 2018

¿ES EL FIN DEL PROCÉS INDEPENDENTISTA?



El tema de los mensajes de Puigdemont, captados por las cámaras de Telecinco, y que el receptor de los mismos, Carlos Comin de ERC, parece facilitó su captación, han puesto en evidencia una profunda división entre los dos grandes partidos independentistas, PDECAT y ERC, dos formaciones que desde la proclamación de la República Catalana y la posterior detención de unos y la fuga de otros, parecen tirar cada uno por su lado.

Ya hace tiempo que un servidor, en concreto desde que Artur Mas, se declaró independentista, no ha acabado de entender que el partido representante de la pequeña y mediana burguesía catalana, se volcara hacía en independentismo, cuando todo el mundo sabe que la mayoría de sus representados, de ninguna manera se declaran como tales, por una simple cuestión que ninguno de ellos como buen empresario, está dispuesto a perder, aunque sea una parte minoritaria de su cuota en el mercado español. Dicho esto no es de extrañar que cuando Puigdemont, hace su lista para presentarse a las elecciones del pasado 21D por lo libre, sin tener en cuenta para nada a su partido político, en cuanto muestra una cierta posición de debilidad, como se puede deducir, del contenido de los famosos mensajes, los marginados del partido salten e intenten retomar las riendas del PDCAT, para devolverlo a la posición de lo que es su normalidad.

Por tanto el resultado de la situación actual del independentismo catalán a tres meses de la fallida declaración de independencia, es de una profunda división dentro del propio PDECAT, como se deduce de las expresiones de su líder actual Marta Pascal, y de este partido con ERC, mientras que la CUP el tercero en discordia, que ha obtenido unos pobrísimos resultados electorales con solo 4 diputados al Parlament, si bien se define por continuar con la posición de enfrentamiento con el estado, parece que ya poco influye en la situación actual.

Por otro lado, las declaraciones de los que han sido detenidos, incluidos los que han obtenido la libertad bajo fianza, en sede judicial, parecen ser partidarios de abandonar la opción unilateral y se declaran partidarios de conseguir sus objetivos a través del consenso con el estado español.

¿Significa esta situación, que estamos ante el final del llamado procés independentista? No lo creo, al menos de manera inmediata; 2.100.000 catalanes el pasado 21D engañados o convencidos, votaron las opciones independentistas; y no es previsible al menos a corto plazo que se rindan a las nuevas propuestas que hacen algunos de los líderes, de hecho aunque Puigdemont en sus mensajes, reconozca que han perdido en su confrontación con el estado y que este haya resultado vencedor indiscutible, en particular porqué son gente a la que han estado, durante años, bombardeando con mensajes y lemas donde se indica que solo con la independencia, Catalunya tiene futuro y que el estado español está débil y se le puede tumbar con nada; por lo que es difícil que de un día para otro cambien de opinión, aunque se les dé un baño de realidad.

Otro dato a observar y tener en cuenta, es que si bien los antiguos líderes, hoy encarcelados, de las dos principales entidades ciudadanas independentistas, Omnium Cultural y Asociación Nacional Catalana, predicaban la lucha pacífica y la no violencia un día sí y el otro también, los nuevos líderes no dicen ni pio sobre este tema y así en la última concentración ante el Parlament de Cataluña el día del frustrado pleno de investidura, se rompieron candados, y tumbaron las vallas, obligando a los Mossos de Esquadra a intervenir con cierta contundencia, aunque si vale decir que el actual responsable de la ANC, se desmarcó de estos incidentes, atribuyéndolos a los denominados Comités de Defensa de la Republica (CDR)

Mientras escribo estas líneas oigo a un “opinador” independentista, decir que en un futuro inmediato va a constituirse un nuevo partido que aglutinará todo el independentismo, cargándose el PDECAT y ERC. que se presentará a una  nuevas elecciones y que arrasará en Cataluña, imponiendo la independencia, por la fuerza si es necesario. No estoy de acuerdo, con esta opinión aunque si temo que el independentismo a partir de ahora tome una deriva pro violencia, arguyendo la legítima defensa , que aunque lo dejaría sin duda en una posición minoritaria, electoralmente hablando, si podría perjudicar gravemente la recuperación económica de Cataluña y de rebote al resto de España.

Claro que todo puede cambiar, si el sentido común se acaba imponiendo y el independentismo es capaz de aceptar que ha fracasado en sus planteamientos, intentando configurar un especie de gobierno de concentración en Cataluña, para recuperar la posición como motor económico de España que siempre ha tenido este país. Si por otro lado en España, el Partido Popular pierde el poder y un PSOE renovado, lo asume con planteamientos de progreso, puede ser efectivamente estemos ante el final de un esperpéntico procés independentista..